Su pelo negro
Ojos de ámbar
Su mirar limpio
Sangre española
Corazón de oro
Que me enamora
Por continentes
Y lo encontré
Entre mi gente
Un blog de poemas
(a una chica de cabellos color miel)
El aroma de su cabello que trae el viento, el cálido roce de su mano sobre su piel que se estremece, su mirada fija en él, incitándole al deseo, sus risas, sus frases de doble sentido, la blancura de sus manos que adivinan el gris de sus venas, su cuello que se hincha, sus senos turgentes y hermosos que palpitan al compás de la respiración, su cintura plana con ese piercing en el ombligo, la curva perfecta de su trasero, el valle de su vientre, dulce placer, sus muslos encerrados dentro del ajustado vaquero sus pies pequeños y bellos realzados por los zapatos. Todo su cuerpo, todo su ser que se le ofrece y el que lo recibe, pasión sin límites, encuentro de dos cuerpos y dos almas.
La sombra de tu cuerpo a través de mampara hace que adivine tus formas y luego, entrando en la ducha desnudo, que me deleite viendo como te mueves mientras el agua corre por tu cuerpo y deja hilillos de agua sobre tu piel. Me gusta tu pelo mojado, tu olor a limpio y tu sonrisa cuando me miras. Cuerpo de diosa y corazón de niña, así eres tú. Te abrazo y la calida humedad de tu cuerpo despierta mis sentidos. Busco tu boca y tu me la ofreces deseosa. Te apoyo contra la pared y tú te abres a mi…Sexo y amor en un par de metros cuadrados de una casa, en un barrio de una ciudad cualquiera. De dos seres anónimos que se aman y que construyen día a día su mundo.
Mi carne palpitante se eleva al cielo y agitándose te lanza el néctar de la vida. Ráfagas de mi que te ofrecezco y tú recibes en la piel.
Entro sigilosamente en tu dormitorio apenas amanece. Duermes boca arriba cubierta por una sábana que adivina tu figura, los senos como dos pequeñas montañas y mas lejos el valle de tu vientre. Me desnudo con presteza, mi sexo erecto arde y palpita. Desde los pies de la cama hundo mi cabeza bajo las sábanas avanzando hasta tu flor. Bebo de ella el manatial del amor. Y tu cerrados tus ojos te estremeces y me dices “Buenos días amor mío”, “buenos días mi vida” respondo yo.