Tú eres el agua que mi cauce llena
Yo soy el río que hacia el mar te lleva
Tú eres la ola, y en tus movimientos,
Llegas a la playa de mis sentimientos
El fuego que alimenta mi pasión
Y yo la leña ardiendo en tu ilusión
El sol, la flor, lo sonrisa de tu alma,
Lleva frescura y paz a mi mañana
Eres mi sol, mi vida, compañera,
Pues conviertes mi otoño en primavera
Yo soy el río que hacia el mar te lleva
Tú eres la ola, y en tus movimientos,
Llegas a la playa de mis sentimientos
El fuego que alimenta mi pasión
Y yo la leña ardiendo en tu ilusión
El sol, la flor, lo sonrisa de tu alma,
Lleva frescura y paz a mi mañana
Eres mi sol, mi vida, compañera,
Pues conviertes mi otoño en primavera
5 comentarios:
Me alegro de hacerte el primer comentario del año...Me encanta lo que has escrito.
Besos
No sabe el amor de otoños, ni de inviernos. Cuando en el corazón florece el amor, viste al dueño de ese corazón de eterna primavera, logrando que sus ojos divisen luces de colores. Perfilando un camino luminoso, directo al corazón que lo provoca….
Precioso…. Besos, Antoñi
Me recordó s un poema que escribí.:
"¿Donde fué mi alma?.
A la orilla de tu playa".
No existen estaciones.
Solo la capacidád de transformarlas.
Ojalá recibas todo lo que das.
Precioso sentirlo..y sobre todo decirlo.
Beso
El amor puede obrar el milagro de convertir el otoño en primavera, pero también el desamor convierte primaveras en desiertos.
Un beso
P
Que hermoso escribes Pedro... me encanto esa transformacion y tambien el complemento.
Abrazos y sonrisas desde esta madrugada fria.
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