Espinas

sábado, 12 de enero de 2008

 



Moría lentamente, su vida languidecía, sus sentidos estaban dormidos. Y un día, por fin, aquellas espinas oprimieron su pecho. Lentamente rasgaron su piel y la atravesaron por mil sitios; gotas empaparon su camisa con un líquido rojo, espeso y caliente; el dolor era intenso, brutal, cuando las aceradas púas atravesaron la carne y alcanzaron sus costillas. Torturado por el dolor, su alma se serenaba y fue cuando despertó a la vida y sintió cuanto amor ella le daba.

5 comentarios:

Evinchi dijo...

Ay. Me ha dolido desde aquí. Qué gráfico.

Besos.

Sureña dijo...

Uff estoy con Evinchi, gráfico, gráfico, gráfico..., pero cierto...

Besos!

Inocencia prohibida dijo...

A todos nos pasa...no sabemos valorar muchas veces a las personas. Ojalá que no tengamos que sentir más de una vez ese "dolor" que el amor solo puede darnos...

Un besazo muy grande.

Inocencia Prohibida

Anónimo dijo...

Ese amor es el que cura todo..
El verdadero..el único.
El que combierte la sangre en sávia de vida.
Entre sábanas de entrega
Leni

Lágrimas de Mar dijo...

ten la completa seguridad que de amor nadie se muere, un poema precioso

besos para ti

lágrimas de mar