Para Anny

De tierras lejanas

Allende en su patria

Luce aquella flor

Que se llama Ana

Primavera eterna,

En país de hadas.

Enviados divinos

Desde las montañas

Obraron milagros

Aquella mañana

Y dieron a luz

Un ángel del cielo

De eterna sonrisa

Esta bella Dama

La vida se crea

Cuando Dios lo manda

Pero ella ayuda

A las buenas almas

A venir al mundo,

¡Madre de mil almas!

Si Rubén Darío Allá en su país

Glosó a una princesa

Yo te canto a ti

De Internet mi hada

Yo, humilde poeta

De la madre patria

Construyo unos versos

Para ti, princesa

De tu Guatemala

Quisiera

Quisiera ser como el viento
Y rozarme con tu cuerpo
Y sin permiso robarte
El aroma de tu pelo

Quisiera ser como el mar
Y envolverte con mis olas
Para estar muy junto a ti
Y que no te sientas sola

Quiero ser como la sábana
Que cubre todo tu lecho
Y sentir toda tu piel
Para amarte por derecho

Lágrimas negras

Preso en soledades
Mil lágrimas negras
Llenaban mi cara
Y apareció ella
Me acogió en su cuerpo
Me dio de su miel
Bebí de su fuente
Todo lo olvidé
Mis negros presagios
Los quemé en la hoguera
Y todos mis miedos
A la papelera

Que la vida es bella
Y el sol brilla más
Cuando viene ella

Sabor a ti

Miel de tus ojos
Que me embelesan
Suaves tus labios
Cuando me besas
Tu dulce gruta
Sabor de fresa
Suave tu piel
Cera de abeja
Arrope en tu alma
Amor, que llega
Dentro de mi
Quiero que vengas
Mi dulce niña
No te detengas
Vendrás conmigo
Dame tu néctar

El árbol del amor

El árbol del amor (pincha aquí)

Las tardes de estío
Tú te refrescabas
En aquel arroyo
Sito en la cañada
Y bajo aquel árbol
El de flores malva
Dormías la siesta
En su sombra plácida


Fue hace mucho tiempo
En esa cañada
Cuando conociste
A tu amor del alma
Desde ese momento
Fundiste su alma
Con la de aquel joven
Alma enamorada

Y todas la tardes
El te saludaba
¿Cómo estás mi niña?
Mientras tú bordabas
Ángeles de dorados
En sábanas blancas
Y hablando y hablando
Hasta la alborada
Notaste muy pronto
Que él amor te daba

Pero un día no vino
Junto a la cañada
Y tú lo esperaste
Tan desesperada
Y pasaron meses
“Fui abandonada”
Pensaste herida
Y pasaste página
Dándole tu amor
Al triste mancebo
De la negra capa

Nunca lo supiste
Pero fue aquel día
Cuando el descansaba
Junto a un ribazo
Unos desalmados
De negras entrañas
Blandiendo puñales
Su pecho calaban.
Cavaron un hoyo
Los de negras capas
Y allí lo enterraron
Junto a la cañada.

Un dia de Febrero
De tierras lejanas
Traía en su pico
Un ave serrana
Aquella semilla
Que allí la enterrara

Y creció aquel árbol
Del amor que llaman
Que ahora te da sombra
Mientras tú descansas
Y que en primavera
Te da flores malvas
Pero tú no sabes
Que esas flores sangran
Son lágrimas de él
Cuando a ti te llama
Porque bajo ese árbol
Su cuerpo descansa

Hembra mía

Despertó y la sintió junto a él, de costado, su cuerpo desnudo, la melena alborotada y el rostro dulce ysereno. Dormía plácidamente. La besó en la nuca con cuidado para no despertarla y notó su agradable aroma de mujer. Volvió a mirar su rostro y luego su cuerpo recreándose con tanta belleza. Y sintió una nueva punzada de deseo.
Se levantó y fue al baño. Su sexo ya le reclamaba el de ella. Y pensó en esperar a que abriera los ojos para decirle lo que sentía su corazón y beber en su fuente hasta saciarse.
Secretos de dos amantes.

Mi hombre

Su cuerpo se levanta del lecho y observo su contorno a contraluz, su pelo revuelto, el pecho fuerte, los brazos y muslos de acero, el trasero robusto que acaricié hace unos minutos. Puedo percibir en las sábanas su olor, el aroma de mi hombre. Le sigo y por la puerta del baño, entreabierta, observo como se sienta; su hombría en reposo que se derrama abundantemente mientras su rostro se contrae levemente. Y mi mano furtiva busca placeres e inundaciones pensando en él. Si, es mi hombre, es solo mío y cuando se incorpore voy a poseerle en cuerpo y alma. Lo quiero todo para mi.